miércoles, 18 de mayo de 2011

Como Pecas Pagas...





Como Pecas Pagas...
(por amiga perversa Gaby)

Hace un par de meses conocí a Rafael: guapo, con cara de niño, logró despertar las hormonas que con mi ex habían entrado en hibernación;  decidí terminar mi alicaída relación de más de un par de años con el hombre que hasta ese entonces y hasta hace unas pocas horas creía  era el hombre de mi vida… Julián.

Con Rafael nos gustamos enseguida, despertó en mi esa mujer con ganas de jugar, de reír, de vivir, besar y de tirar… eso lo supe cuando nos dimos el primer beso… al contacto de su lengua con la mía logró humedecer la pantaleta veraniega de ese entonces. Con él siempre lo paso increíble, lo vi como un juego, como un dulce sabor a miel… empezamos a juntarnos en algún motel cercano a nuestro paradero de turno, lo extraño y tragicómico es que íbamos a pasarlo bien, a reírnos, a estirar el chicle, a conversar, con juegos calentones pero sin concluir en  un buen polvo, hace un par de días nos juntamos, nos vimos y las hormonas empezaron a reclamar tanta abstinencia absurda, así que acordamos vernos  dentro de la semana y terminar lo que tantas veces habíamos empezado.

Mientras toda esta historia se desarrollaba, de forma paralela en mi todo era distinto, me sentía mala, cruel, una perversa por tamaña traición que le hacía a mi ex, Julián.  Porque yo sabía que él estaba enamorado de mi y no quería que el recuerdo de nuestra relación se tiñera de esa forma... De hecho, la noche anterior a mi debut tan esperado con Rafael vi a Julian, pero algo en él había cambiado, estaba distante, no igual de abrazable y comible como siempre… le pregunté  si estaba con alguien, si le gustaba alguien... y nada, su respuesta fue siempre la misma: “mi niña, tú serás la primera en saber”. Algo me decía que no me estaba diciendo la verdad... no pude dormir esa noche.

Aún así me levanté feliz, después de todo el día en que podía darle rienda suelta a tanta calentura acumulada y podría desligarme de las pantaletas sin problema. Justo ahí, a las afueras del metro donde solíamos juntarnos con Julián para caminar juntos hacia algún lugar, estaba él…..¡De la mano con una yegua! una flaca con cara de pájaro se estaba tragando lo que más había amado en la vida, es ahí justo en ese minuto fatal cuando todo lo planeado, pronosticado, deseado, cambia de rumbo y de ser un día donde la ropa desaparecería en cosa de segundos, y las hormonas estarían de fiesta, se convierte en una tortura interminable. Yo, en la micro que no avanzaba, veía cómo su mano pulcra manoseaba ganosamente la escuálida espalda de mi nueva  pseudo amiga: la cara de pájaro…

Saben? me sentí traicionada, defraudada... y su amor eterno? y yo la muy pelotuda preocupada por sus sentimientos, porque no sufriera… me mintió… el taco duro lo que tenía que durar para darme cuenta de lo que estaba pasando… llegue al punto de encuentro con Rafael con quince minutos de atraso, veinte mil puteadas atoradas en la garganta, un montón de pensamientos vagos, y un cúmulo de emociones que ni yo sabía descifrar,  intentando que la ira y las ganas de explotar en llanto pasaran desapercibidas.

Al poco rato volaron pantalones y demases,  mi cuerpo estaba ahí, pero mi mente no, después de media hora de estímulos, estaba seca, media hora más y el cuerpo empezó a reaccionar por inercia, mi cabeza puteaba, rezongaba, y comparaba, miré a Rafael como utilizaba todas sus técnicas de seducción conmigo y de pronto, ya no era tan guapo, ni tan simpático, ni tenía tanta agilidad con los dedos…

Mientras él y mi humedad gozaban de su lengua, yo a torso desnudo, comparaba el tiempo que se demoraba Julián en conseguir uno de esos orgasmos  que te hacen ver y creer que el mundo es maravilloso, fueron las cuatro horas más largas que he tenido, los orgasmos mejores actuados de mi vida, no hubo sexo desbocado como quería, sólo arrumacos entre un hombre que poco a poco se engancha y una mujer que se acababa de dar cuenta que estaba enamorada hasta el último pelo de su ex, y que él estaba en lo mismo que yo, a cuadras de distancia, amando... pero no a mi.

No se ahora qué hacer, imagino recuperando lo que es mío… pero que claramente ya no es…o empezando de cero, con alguien que era sólo un buen polvo

Gaby

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